Represión en la Guerra Civil Española. El caso de la provincia de Cáceres.
Mujeres rapadas por los golpistas en Oropesa de Toledo |
Aunque el mapa de la represión en la zona republicana es bien conocido y la mayoría de sus víctimas fueron recuperadas, enterradas y honradas, no ocurrió ni ocurre todavía lo mismo con los que sufrieron la violencia franquista. Decenas de miles de personas siguen sin ser localizadas y desenterradas para honrarles con una sepultura digna. Sobre el abandono y el silencio que se cernió sobre las víctimas del bando legítimo y la necesidad de romperlo fue muy interesante la iniciativa de un grupo de artistas e intelectuales españoles (ver vídeo).
Francisco Espinosa y Paul Preston manejan cifras escalofriantes de víctimas de la represión en ambos bandos, con números que rondan los ciento treinta y dos mil muertos a manos franquistas y cerca de cincuenta mil en el área republicana.
En la zona republicana la represión tuvo su principal ejecutor en las milicias obreras, fundamentalmente anarquistas y comunistas, y su escenario temporal se ciñó principalmente a los primeros meses de la contienda. En esos meses el caos se impuso en un territorio en el que el gobierno legítimo ni pudo ni supo controlar los excesos de unos milicianos mal disciplinados de los que, le gustara o no a dicho gobierno, dependía en buena medida la supervivencia del régimen democrático republicano. La constitución del gobierno de concentración de Largo Caballero logró imponer cierto orden y organizar un ejército. A partir de ese momento la represión no se eliminó pero se redujo de forma ostensible. En Extremadura la represión republicana fue mucho menor que la franquista, en proporción de 1 a 10, y la mayoría se produjo en la provincia de Badajoz. En Cáceres, el rápido control de la mayoría del territorio por parte de los rebeldes y el escaso peso de sectores republicanos radicales (anarquistas y comunistas) redujo al mínimo esa represión.
Francisco Espinosa y Paul Preston manejan cifras escalofriantes de víctimas de la represión en ambos bandos, con números que rondan los ciento treinta y dos mil muertos a manos franquistas y cerca de cincuenta mil en el área republicana.
En la zona republicana la represión tuvo su principal ejecutor en las milicias obreras, fundamentalmente anarquistas y comunistas, y su escenario temporal se ciñó principalmente a los primeros meses de la contienda. En esos meses el caos se impuso en un territorio en el que el gobierno legítimo ni pudo ni supo controlar los excesos de unos milicianos mal disciplinados de los que, le gustara o no a dicho gobierno, dependía en buena medida la supervivencia del régimen democrático republicano. La constitución del gobierno de concentración de Largo Caballero logró imponer cierto orden y organizar un ejército. A partir de ese momento la represión no se eliminó pero se redujo de forma ostensible. En Extremadura la represión republicana fue mucho menor que la franquista, en proporción de 1 a 10, y la mayoría se produjo en la provincia de Badajoz. En Cáceres, el rápido control de la mayoría del territorio por parte de los rebeldes y el escaso peso de sectores republicanos radicales (anarquistas y comunistas) redujo al mínimo esa represión.
Monumento en el cementerio de Cáceres a los casi 700 asesinados por los franquistas en la ciudad |
En la zona franquista la violencia política tuvo un carácter sistemático y fue organizada desde el mando militar golpista con la intención de imponer el miedo y neutralizar definitivamente el "problema rojo". Si en el área republicana las víctimas de la represión fueron la nobleza, la oligarquía económica y los miembros del clero y de los partidos de la derecha monárquica o fascista, en el territorio rebelde la violencia se centró en los militantes de partidos obreros y republicanos y en las capas sociales que los sostenían: jornaleros, obreros industriales, clases medias progresistas.
Un ejemplo de esa represión franquista fue el que siguió a la conquista de Extremadura en verano de 1936. La provincia extremeña de Badajoz fue de las más castigadas por la actuación demoledora de los conquistadores rebeldes (ver vídeo superior sobre las matanzas tras la toma de la capital). En Cáceres, la otra provincia extremeña, los golpistas se apoderaron de buena parte del territorio en los primeros días posteriores al levantamiento militar, aunque eso no le privó de una dura represión. Uno de los acontecimientos más trágicos fue el fusilamiento en la ciudad de Cáceres de 196 personas en la navidad de 1937-38. El historiador José Hinojosa ha encontrado en el Archivo Militar de Ávila una relación de todos los asesinados distribuidos según el día de la ejecución (ver documentos que se adjuntan ampliados). Entre ellos estaba Antonio Canales, alcalde republicano de Cáceres, y otros cacereños y ciudadanos trasladados de pueblos cercanos a la capital.
Hoy desconocemos el paradero de muchas de esas casi doscientas víctimas, a las que podríamos añadir los fusilados antes y después de esas fechas (navidad 1937-38); sumando todo estaríamos hablando de casi 700 asesinados previamente recluidos en la prisión de Cáceres (listados de víctimas en este enlace) . Al parecer, algunos fueron exhumados hace cerca de treinta años, pero la mayoría todavía no han sido localizados. Estas son las cifras que maneja AMECECA, asociación local que pretende la dignificación de las víctimas republicanas de la ciudad de Cáceres y en cuya web hay un estudio detallado de las víctimas.
Con motivo de las IV y VI Jornadas de Homenaje a las víctimas (marzo 2016 y 2018 respectivamente), AMECECA difundió sendos vídeos en los que aparecen testimonios de varios familiares y los actos realizados ese día, que incluían una marcha desde la antigua cárcel, dónde estuvieron recluidos la mayoría de los presos asesinados, hasta el Memorial del cementerio, bajo el cual es probable que haya una gran fosa común.
Quiero aprovechar para incluir en esta entrada un cortometraje de Arturo Ruíz Serrano sobre la violencia política en la Guerra Civil. Tierno y emocionante, se titula "Paseo" y rinde tributo a los miles de "paseados" antes de ser ejecutados durante nuestra contienda civil. El corto tiene indudables posibilidades didácticas.
Un material de gran interés para trabajar con los alumnos son estos documentos referidos a la persona de Ángel Barrado Tejeda, maestro de la localidad extremeña de Navas del Madroño y que fue asesinado por los rebeldes. Los recibí de su hijo, que llorando, me pidió que después de décadas de olvido intentara que no se perdiera su memoria. Los documentos A y B pertenecen a informe de la Comisión Depuradora del Magisterio de la Provincia de Cáceres, el documento C es informe del nuevo alcalde franquista de la localidad de Navas del Madroño en defensa del maestro republicano (no sirvió para evitar el fusilamiento) y el documento D hace referencia a una petición de su viuda que tras el embargo de sus bienes carece de medios de subsistencia.
Documento A Informe Comisión Depuradora I |
Documento B Informe Comisión Depuradora II |
Documento C. Informe del alcalde franquista de Navas del Madroño |
Documento D Petición del viuda ante el embargo de sus bienes |